Nadal, que este lunes perderá el número 1 del ránking ATP en detrimento del propio Djokovic, tuvo que remontar un set inicial en contra ante el británico para situarse en disposición de reeditar el título en el All England Tennis Club, que consiguió el año pasado y también en 2008.
La cita ante el serbio supondrá su quinta final en seis años en el Grand Slam de hierba para Nadal y la primera de su rival. "Me siento feliz por volver a estar en una final", dijo al terminar el choque el primer cabeza de serie, que añadió que el encuentro contra Djokovic será "como siempre, muy duro", porque esta temporada el serbio sólo ha perdido un partido y el español ha caído hasta en cuatro ocasiones frente a él.
"Estoy un poco triste por Murray, también merecía estar en la final y le deseo lo mejor para el resto del año, especialmente para Estados Unidos. Sólo le falta un poco de suerte para ganar un gran torneo", apuntilló Nadal.
El choque arrancó muy igualado, con ambos tenistas defendiendo su saque, aunque a un ritmo no excesivamente alto, como si intuyeran que la contienda podría ser larga. Incluso Murray dio indicios de fatiga, cuando pidió la entrada del médico del torneo tras apenas tres juegos disputados.
Las molestias del británico no fueron a mayores y se mostró más acertado que Nadal en el undécimo juego, donde el brazo del español al saque parecía agarrotado. Fue el instante en el que el escocés tiró con todo desde el resto y supo sacar ventaja (5-6), para cerrar posteriormente la manga al servicio.
Si había dudas sobre Nadal, todas se disiparon de un plumazo en el segundo set. El malloquín sacó su repertorio tenístico y anuló la ligereza del británico. Ni siquiera su saque (en el primer set fue soberbio) se mostraba infalible ante el vendaval español y la segunda manga se cerró casi en un suspiro. Todo empezaba de cero.
Pero ya no hubo relax, porque el aún número 1 del mundo no acusó la presión, ni el cansancio, ni recordó la inflamación que arrastra en el pie izquierdo desde octavos de final. Puso la directa y afinó al saque. Los intercambios eran por y para el español y solo cabía esperar un resultado idéntico al del anterior set (6-2).
El último set no fue diferente. Murray daba muestras de desesperación, tiraba la gorra sobre la maltrecha hierba y ya no corría como al principio, aunque no cejaba en su empeño por pelear ante su público. Situaba en 15 sus 'aces' del partido, pero perdía la ventaja y para colmo desperdiciaba varias bolas de ruptura en el cuarto juego. Nadal sentenció (6-4) y está a un paso de su tercer Wimbledon.
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